A este conductor no le interesó causar un embotellamiento en la calle Cuéllar y escuchar el reclamo de los micreros y de quienes iban en otros vehículos particulares, que se molestaron ante la inacción del chofer que optó por subir su ventanilla y continuar mal parqueado. Lo curioso es que a pocos metros hay la sucursal de un banco y dos policías que realizan tareas de seguridad, no reaccionaron ante esta infracción de tránsito. Además, la vagoneta estaba parqueada al lado de una señal que indica que no se permite hacerlo. Los vecinos comentan que la escena es frecuente sobre esta concurrida calle.
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