Los accidentes de tránsito se deben a dos aspectos fundamentales: a la falta de educación vial y a la excesiva degeneración en la que se encuentra nuestra sociedad.
Esta degeneración es producto del narcotráfico, que a su vez deriva en el consumo de alcohol. La desocupación es otro factor que influye, ya que la gente halla una escapatoria a sus problemas por la vía del alcohol.
El alcohol es un mecanismo negativo para la conducción de un vehículo, debido a que se pierden los reflejos para poder evitar los hechos de tránsito. Este es un primer aspecto que los abogados que manejamos el tema penal hemos percibido.
Un segundo aspecto es la falta de educación vial de la ciudadanía en general. Se desconocen las normas elementales de tránsito, y por falta de conocimiento de las normas ocurren los accidentes.
Otro elemento complementario es que el parque automotor ha crecido notablemente en el país. El número de vehículos que circula hoy es mucho mayor que hace dos décadas. Y, consecuentemente, el índice de accidentes de tránsito era mucho menor, ya sea por casos fortuitos o por negligencia, a causa de la borrachera.
Este es el diagnóstico que puedo hacer respecto a los accidentes de tránsito y planteo algunas soluciones.
Una de ellas pasa por intensificar acciones preventivas como la educación vial en los establecimientos educativos y el estricto respeto a las normas de tránsito.
Otra solución pasa por el hecho de que se creen mejores condiciones de control en las carreteras a partir del Estado, para evitar el consumo de alcohol y otros problemas periféricos.
La solución pasa también porque el Gobierno nacional y los departamentales realicen acciones conjuntas para poder trabajar en la reducción de los accidentes de tránsito. Considero que es importante realizar un diagnóstico de las causas de los siniestros de tránsito, pero también plantear algunas soluciones a esos problemas con acciones preventivas.
Respecto al dato de que cuatro de cada 10 jóvenes son protagonistas de los accidentes de tránsito es algo alarmante. Realmente eso debería preocupar a moros y cristianos, de cómo se pueden dar estos datos estadísticos. No se puede concebir una sociedad con tantos hechos de tránsito y muchos de ellos protagonizados por jóvenes. Este es un problema que debería ser encarado por las autoridades.
Estas estadísticas difieren notablemente de anteriores en las que las cifras eran menores. Y lo más preocupante es que ahora cobran protagonismo inusitado los jóvenes de esta época. Antes, los datos mostraban que las personas mayores de 30 años eran las que cometían el mayor número de accidentes de tránsito.
Ahora, considero que se han invertido los datos estadísticos, y eso es porque vemos a los jóvenes manejando vehículos en estado de ebriedad. Creo que los padres han perdido el control sobre sus hijos y solo los controlan desde lejos. Al parecer, la solución de los progenitores es argumentar que están ocupados y preocuparse solo de darles todas las comodidades a sus hijos. Pero estos cometen desmanes.
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