martes, 29 de diciembre de 2015

Plantean que la educación vial sea desde la escuela

La materia de educación vial debe ser parte del plan de estudios en las escuelas regulares, a fin de llenar este vacío que hay entre la ciudadanía, según criterio de profesionales.

El director de Semaforización y Señalización Vial, Rolando Ribera, insiste en que este tema debe ser parte de la enseñanza en el nivel primario y secundario, como en otros países.

El ingeniero civil Javier Mendívil cuenta como experiencia que en el colegio de su hijo los padres acordaron dictar charlas de educación vial, medioambiente y otros temas para niños desde los seis años, quedando demostrado que lo que aprenden los chicos lo aplican en su vida. Así se puede cambiar los hábitos de las personas y concienciarlas para que no infrinjan las normas.

Avanza la campaña
La municipalidad encara la campaña de educación vial denominada Cambia ya de actitud, que la viene ejecutando desde el año pasado. Hasta el momento se han invertido Bs 4 millones y son más de 30.000 los estudiantes de primaria que tomaron conocimiento. El personal técnico acude a las escuelas, muestra videos sobre educación vial y deja material con las señales de tránsito. Se han incorporado personajes como el Duende y la Viudita para enseñar a los chicos sobre el tema.

Según Ribera esto no es suficiente, porque la enseñanza debe ser permanente, como las otras materias.

El director de Tránsito, Jaime Esquivel,también informó que han capacitado a conductores de micros sobre las normas vigentes.

Asimismo, se han hecho controles para recordar sobre el uso del cinturón de seguridad, del casco para los motociclistas y sobre la prohibición de transportar el quinto pasajero.

El experto vial Patricio Despouse señala que hay un problema cultural.

Esto se puede ver cuando uno está en la frontera con Brasil; en el lado boliviano todos conducen como les da la gana, pero al otro lado se ajustan a las normas porque las sanciones son drásticas. Es importante hablar de una educación ciudadana que incluya la educación vial. Cree que hay que incluir castigos que obliguen a hacer un servicio comunitario.

Conductores salen a las calles a capacitar sobre educación vial

Decenas de choferes salieron a las calles para dar mensajes sobre seguridad vial a sus colegas que transitan las principales vías de la ciudad de La Paz. Ellos participaron en el segundo módulo de un taller sobre transporte escolar, que tuvo cuatro materias: legislación de tránsito, primeros auxilios, prevención de accidentes y psicología vial. Asimismo, tuvieron clases prácticas cuyo objetivo fue sentar conciencia sobre la responsabilidad social y también se conocieron los diferentes problemas que tienen los choferes en su conducta. La principal meta fue conocer qué medidas tomar en favor de la seguridad de los niños.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Policía apela a “agentes encubiertos” para seguridad vial

La Policía y el Ministerio de Gobierno anunciaron el jueves que apelarán a "agentes encubiertos" para garantizar la seguridad vial en las principales rutas del país en las fiestas de fin de año

"En el marco del Plan Ñandereko por una ciudad segura se han adoptado todas las medidas para mejorar el control, empleando no sólo policías de uniforme, sino agentes encubiertos que viajen en los autobuses", explicó a la ABI el ministro de Gobierno, Carlos Romero

Precisó que el agente encubierto observará todas las infracciones en el viaje, a cuya conclusión elevará un informe escrito, para establecer la sanción que corresponda.
PREVENCIÓN "Esta medida tendrá resultados en la prevención de accidentes y por ello se movilizará a efectivos policiales tanto de uniforme como encubiertos en las principales carreteras", remarcó

"Un policía viajará en los autobuses de terminal a terminal para que haya un permanente control", complementó

El ministro de Gobierno garantizó que la Policía hará cumplir el plan

Puntualizó que el policía de civil se identificará solamente a la conclusión del viaje.

viernes, 25 de diciembre de 2015

Mural cebra fue restablecido

El mural cebra, ubicado en la avenida Arce, que fue dañado en marzo con propaganda electoral, fue restablecido por los mismos educadores urbanos.

La directora de Formación Integral de Cultura Ciudadana, Daniela Jinés, informó que al menos 312 personas participaron del pintado del mural que fue entregado el miércoles.

312 personas de diferentes edades pintaron el mural que refleja la evolución de la “Cebra” en La Paz. Participaron autoridades ediles, representantes de entidades financieras y otras pintando pasos de cebra.

Esta mañana, 98 educadores urbanos conocidos popularmente como cebras, participaron en la entrega de un mural que fue pintado en la avenida Arce, frente a la plaza Bolivia. Además, distribuyeron 3.000 tarjeta navideñas.

“El mural representa la evolución de la cebra, cómo hemos llegado primero a las calles y nos hemos ido introduciendo al corazón de la cebra. Representa la diversidad (…) porque se trata de amar a la ciudad”, refirió la directora de Formación Integral de Cultura Ciudadana, Daniela Jinés, entidad que organizó la realización del mural que fue pintado por 312 personas.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Cebras son las guías Laikacota se ilumina por Navidad y se abre de noche

l parque Laikacota luce desde ayer, y hasta el 25 de diciembre, iluminación y decorados navideños. Durante una semana el espacio verde se abrirá desde las 9:00 hasta las 20:30.
"Los senderos están adornados con figuras navideñas luminosas. Los diferentes puestos de comida, venta de golosinas y otros ambientes y árboles tienen luminaria LED, al igual que los diversos juegos instalados en el área”, informó la Empresa Municipal de Áreas Verdes (Emaverde), encargada de llevar adelante la actividad.
En los siguientes días, en el parque estarán las Cebras, adecuadamente vestidas con distintivos de navidad, que alegrarán a los visitantes y que enseñarán a los niños los valores de esta fiesta. Además, un grupo de payasos realizará presentaciones especiales y acordes a la fecha.
Laikacota está en la avenida del Ejército y forma parte del Parque Urbano Central. Desde sus áreas se aprecian vistas del Illimani, de la Muela del Diablo y de las zonas oeste, San Jorge, Miraflores y Sur de la ciudad.
Por otro lado, el Programa Barrios y Comunidades de Verdad de la Alcaldía paceña, sumándose a los festejos navideños, organiza diversas actividades en las zonas en las que ha intervenido.
Alto Inca Llojeta, Pasankeri Bajo Norte, Alto San Isidro y Alto Santiago de Lacaya D-2 figuran entre las zonas donde habrá actividades navideñas que son coordinadas con juntas vecinales.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Tigritos inician una campaña en Potosí

El jefe de seguridad ciudadana de la Alcaldía, Celin Salas, informó que los personajes animados de los Tigritos iniciaron una campaña para el uso del cinturon de seguridad en vehículos privados y públicos que circulan por las calles de la Villa Imperial.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cebras visitan hospitales y asilos

Educadores urbanos, conocidos popularmente como cebras, iniciaron visitas a pacientes de los hospitales municipales La Merced y Los Pinos para contagiarles de "la actitud cebra" y darles un momento de alegría, informó la directora de Formación Ciudadana Integral de la Alcaldía, Daniela Jinés.

Agregó que los jóvenes, por medio de dinámicas, impulsan a los pacientes y sus visitantes a que realicen terapias de meditación y relajación con la finalidad de mejorar su estado de ánimo.

Los educadores urbanos llevan también su energía y carisma a los asilos para personas de la tercera edad. Esta semana las cebras compartirán una jornada en el Hogar San Ramón.

"Se está trabajando en un programa especial de neurociencia y de fortalecimiento espiritual de los queridos abuelas y abuelos de nuestros asilos", sostuvo.

Por el ambiente navideño, las cebras, también visitan las entidades bancarias y los restaurantes.

martes, 15 de diciembre de 2015

Los Tigritos adornan sus atuendos

Los funcionarios del Gobierno Autónomo Municipal de Potosí, que hacen de Tigritos impartiendo educación via,l adornaron sus atuendos con gorras de color rojo y, en el caso de las Tigritas, una minifaldita como señal para recibir la Navidad. El trabajo que realizan en las calles es de mucha importancia ya que tanto peatones y conductores empiezan a respetar las señales de tránsito.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Cebras van a los parques para enseñar a cuidar los jardines

"Da la impresión de que los ciudadanos sólo le hacen caso a las Cebras”, comenta Helen Vargas, mientras observa cómo dos Cebras enseñan sobre el cuidado de los jardines. El viernes por la mañana, el parque de Las Cholas amaneció sin las puntiagudas rejas que dividían los pasos peatonales de los jardines.
Además, recibió la visita de las Cebras, quienes desde hace dos semanas han saltado de las caóticas avenidas paceñas a cinco parques municipales para educar al ciudadano en el cuidado de las áreas verdes.
"No se si sea buena idea que la Alcaldía retire las rejas de los jardines porque la gente no cuida”, señaló Vargas. "Primero deberían crear conciencia en la gente porque ésta va a pisar el césped, lo va a arruinar. No todos estamos acostumbrados a cuidar”.
Pese al riesgo, la Alcaldía paceña, junto con Emaverde y la Dirección de Cultura Ciudadana, ha iniciado un proyecto piloto al que han denominado Por el derecho a vivir con las flores.
Por ello, los jardines del parque de Las Cholas, junto con los de Laikacota (Parque Urbano Central), el parque de Las Cebras (Cotahuma), el Bartolina Sisa (Aranjuez) y el de la zona de Pura Pura han sido liberados de las rejas que se constituían no sólo en "una barrera entre el ciudadano y la naturaleza, sino en un peligro para los niños”.
"Queremos que la gente entable una relación con el espacio que habita y que lo cuide. Consideramos que las Cebras van a colaborar en esta labor”, explica Daniela Jinés, directora municipal de Cultura Ciudadana de la Alcaldía paceña, quien vislumbra un largo camino por delante, pues no han pasado ni 10 días del inicio del proyecto y ya se ha registrado la destrucción de algunos jardines, el robo de flores y más basura de la habitual.
"No hemos tenido la respuesta que esperábamos”, señala Jinés, quien ha preferido asumir esta respuesta inicial de la ciudadanía como un desafío. "Lamentablemente estos malos hábitos los hemos visto en los adultos. En cambio los niños nos han mostrado que hay mayor conciencia sobre el cuidado de nuestra ciudad”, indicó.
Coincide con ella Ericka Paredes, madre de dos niños, quien el viernes visitaba el parque de Las Cholas. "Si educamos a nuestros hijos en cuidado de medio ambiente, quizá en el futuro las rejas ya no sean necesarias”.
Estética vs contacto
Los últimos 14 años Emaverde trabajó únicamente en el cuidado la estética de la ciudad. Desde esta gestión ha dado un giro a esa mirada. "Ahora queremos que el ciudadano tenga mayor contacto con los jardines, con la naturaleza”, indicó el gerente general de Emaverde, Julio Linares.
De ahí que en estos 10 días se han retirado cerca de 2.000 metros de rejas y se ha liberado 13.000 metros cuadrados de jardines.
"Estamos siguiendo una tendencia mundial que dice que deberíamos romper con estos obstáculos para poder crecer con las flores. Se ha visto que lo prohibido no funciona, esperamos que los paceños se sumen a esta iniciativa”.

Cebras: El espíritu de mamá



Dentro de los trajes a rayas hay adolescentes, hombres y mujeres, que fueron ejercitados para lidiar en las calles con conductores y peatones indisciplinados no con órdenes o gritos, sino con cordialidad, buenos modales, humor y mucha, pero mucha paciencia. Esta tarea que parece fácil no lo es, pues en no pocos casos deben soportar disgustos de variada índole, agresiones verbales y hasta físicas.

Será por el instinto maternal o por el amor natural hacia un hijo, pero una madre cebra nunca se raya. Sabe querer a todos por igual, no prohíbe ni impone nada y, por el contrario, reflexiona en conjunto. Lo mismo pasa con las cebras de ciudad… Trajeadas en blanco y negro, de tiernos ojos y un gracioso caminar, derrochan alegría por donde van y siempre están prestas para colaborar a alguien o para posar “profesionalmente” en esa postal que será un recuerdo imborrable de la niñez: ellas, con una flor; ellos, con una corbata o unas coquetas gafas de sol.

Pacientemente y con mucha dedicación se han ido ganando el respeto y la confianza de los citadinos, allá donde trabajan. Estas cebras tienen el espíritu de su madre, Katia Salazar, actual concejala por La Paz y coordinadora del Proyecto Integral de Educadores Urbanos Cebras; la iniciadora de esta exitosa idea que nació en 2006.

Actitud cebra
Desde que la mamá cebra empezó a trabajar este proyecto, le dio una nueva tónica al grupo de la unidad de educación vial porque la sensibilidad de la artista que es y lleva en el alma Katia Salazar sirvió para que cada educador urbano descubra sus fortalezas y adquiera una “actitud cebra”, desarrollando una filosofía cálida, gentil, amable y cariñosa para contrarrestar la agresividad, que no soluciona los problemas sino los empeoran.

El brío de Salazar se complementa con algunas consignas de una filosofía enfocada en lo positivo.

Dentro de los trajes a rayas hay adolescentes, hombres y mujeres, que fueron ejercitados para lidiar en las calles con conductores y peatones indisciplinados no con órdenes o gritos, sino con cordialidad, buenos modales, humor y mucha, pero mucha paciencia.

Esta tarea que parece fácil no lo es, pues en no pocos casos deben soportar disgustos de variada índole, agresiones verbales y hasta físicas.

Educación invertida
Según Salazar, el éxito que las cebras alcanzaron en La Paz se debe a la perseverancia y a la fe que tienen en lo que hacen. Su público meta es la ciudadanía en general, a la que llegan con más facilidad a través de los niños.

Con los más pequeños, justamente, se logró invertir el tradicional concepto de educación, pues después de ver a las cebras son ellos los que enseñan a sus padres.

¿Los adultos tienen remedio, pueden reconducir sus actos de falta de educación vial? “Sí”, responde la mamá cebra, “pero cuando aprendan a ponerse en el lugar de los demás, cuando disfruten de lo que hagan, cuando reflexionen antes de actuar, cuando aprendan a querer al que se equivoque, cuando miren a los niños como prioridad del presente. Solo así podrán ser mejores personas. En cambio los jóvenes son la fuerza que mueve al mundo, son los que logran hermanar a través de la creatividad”.

Un éxito con explicación
Las cebras tienen éxito porque son jóvenes, y ese es su principal valor: están haciendo un tejido social, están dejando un mensaje en la búsqueda de un ser humano comprometido y sano que todos los días siga aprendiendo.

Estos personajes rayados son, sin duda, los más simpáticos de la ciudad, considerando que los problemas urbanos se multiplican con el paso del tiempo y que esto es determinante para la alteración de los ánimos de los transeúntes.

Queridas por los niños y no tanto por algunos conductores que se muestran reacios a mejorar su educación vial, las cebras se aplican todos los días para cambiar la realidad en cuatro ciudades (La Paz, Sucre, Tarija y El Alto), mientras que en una quinta (Potosí) están los tigritos.

Si la población en general colaborara con su labor, las calles seguramente no serían tan caóticas, aminorarían los accidentes y todos viviríamos más tranquilos.

Futbolistas cebras por una hora
Gracias a una invitación de la mamá cebra, Katia Salazar, los jugadores del Club Universitario de Sucre experimentaron en carne propia cómo es ser cebra por una hora. Vistiendo los trajes rayados y las máscaras correspondientes, titulares y suplentes, acompañados por sus pares expertas, recorrieron las calles del centro de la capital tratando de convencer a peatones y conductores de que respeten las leyes de Tránsito.

El capitán del equipo, Marcelo Robledo (en la foto inferior izquierda), reconoció que el trabajo que desarrollan las cebras no es nada fácil: “Me di cuenta de que la gente no respeta la normativa vigente. Casi todos no usan cinturón de seguridad, otros cruzan por medio de la calle... tenemos que ser más conscientes de lo que estamos haciendo, sobre todo por los niños. Yo pensé que las cebras eran solo un traje, pero me di cuenta de que gracias a la educación que ellas brindan, cada día se evitan más accidentes. Tenemos que tener más respeto por las cebras”.

Cebras que educan, burros que sancionan
- Cebras y burros son educadores urbanos y se complementan como hermanos. En Potosí, este año se presentó el proyecto Tigritos.
- El burro imita a los infractores y también los sanciona con una papeleta de infractor.
- Para ser una cebra de la manada del proyecto se debe tener entre 16 y 22 años. Trabajan cuatro horas al día, de lunes a viernes; el resto del tiempo lo usan en capacitación.
- Reciben clases de expresión corporal, ritmo, teatro, dinámica, danza y música.
- Estos educadores urbanos tienen conocimientos de cultura ciudadana y vialidad.
- La primera vez que una cebra de cuatro patas (conformada por dos jóvenes) salió a la calle en Bolivia fue el 19 de noviembre de 2001.
- Su primera tarea era hacer notar que existen los pasos peatonales. De a poco sus labores aumentaron.
- Actualmente hay 216 cebras en La Paz, 110 en Sucre, 70 en Tarija y 60 en El Alto.
- Las empresas de transporte público invitaron a las cebras para que ingresen a los micros y concienticen a los usuarios con temas de cultura ciudadana.
- Trabajan defendiendo y promoviendo los derechos de la niñez, e incursionan en la temática de medio ambiente.
- Este año, nuevamente, fueron nombradas Embajadoras de la Niñez en Sucre.
FUENTE: Fátima Núñez, responsable del Proyecto Cebras en Acción de Sucre


jueves, 3 de diciembre de 2015

Con piel de cebra



Es miércoles por la mañana y todo parece indicar que será una jornada diferente. Así lo siente Yola Trino, una de las más entusiastas con la llegada de un singular grupo de visitantes. Si bien tiene 85 años, ello no le impide llegar a la primera fila del salón principal del Hogar San Ramón.

“Las estimo mucho. No se les ve la cara pero son agradables, su carácter es muy bueno y son muy educados”. Este día es especial porque el Club Cebras les visita con una rutina que ayuda a las personas de la tercera edad a revitalizarse y por un momento tengan la piel de cebras.

Desde el final del pasillo de la institución dirigida por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados —fundada en España por Santa Teresa de Jornet en el siglo XIX—, de a poco los habitantes de este asilo van ingresando al salón principal, con la ayuda de los jóvenes pertenecientes al Programa de Educadores Urbanos.

El sol y la temperatura agradable entran por los ventanales que rodean el ambiente, así es que Yola, quien se encuentra sentada en una de las sillas, está segura de que definitivamente no será un día cualquiera.

“Queremos que nuestros ancianos recuerden que cada momento cuenta en la vida”, explica Daniela Jinés, directora de Formación Integral Ciudadana, quien acaudilla a los funcionarios municipales con chalecos amarillos y a las cebras en los saludos, abrazos y charlas con los huéspedes del hogar.

“Brazos arribaaa, brazos abajooo, brazos arribaaa, brazos abajooo”, dice el instructor encargado del calentamiento de los abuelitos, quien es coadyuvado por los jóvenes que han decidido formar parte de este grupo de conciencia ciudadana. Como sonido de fondo, para elevar más la motivación de todos, se escucha la canción principal de la película Rocky I.

“Aaabran, cieeerren, aaabran, cieeerren”. Con el ejemplo de las cebras y los funcionarios ediles, los huéspedes del hogar extienden los brazos y luego los contraen, una y otra vez.

Para que las “neuronas despierten y recuerden” a través del tacto, el olfato, la vista y el instinto, las cebras distribuyen globos en cada fila y los abuelitos los pasan de mano en mano, lo que se repite con objetos de distintas texturas. Son ejercicios de calentamiento para que los músculos vuelvan a estar en actividad.

Para ese momento, la distensión inunda el salón anaranjado rodeado de un jardín lleno de luz y al calor de los rayos solares. Es el momento en que los visitantes extraen varios trajes de cebras, que las personas de la tercera edad vestirán por algunos minutos.

“No es un disfraz, como muchos dicen, es una piel, es parte de nosotros”, aclara Gaby Castillo, una de las 265 cebras que ayudan desde hace 14 años en la educación vial y que ahora incursionan en otras actividades, como la visita a los abuelitos.

Después de dos meses de capacitación —tiempo en que aprendió expresión oral, conocimiento de la ciudad, control de respiración mediante el pranayama (una práctica del yoga), programación neurolingüística, entre otros ejercicios—, Gaby hizo realidad su sueño en abril de este año, cuando salió por primera vez a la calle como reguladora vial. Y cuando lo hizo, “ya no quería sacarme la piel”.

Tras las sesiones de baile, cantos y charlas, los personajes paceños cubren con “pelaje” de cebra la ropa de cada miembro del Hogar San Ramón.

La visita a los ancianos del asilo de Achumani forma parte de las actividades regulares del Club Cebra, que empezó a trabajar el viernes 23 de octubre de este año con el objetivo de movilizar a la ciudadanía para que se inmiscuya en los problemas de la ciudad y encuentre soluciones.

Wendy Azurduy, coordinadora del Club Cebra, informa que los lunes y martes las cebras visitan unidades escolares, con el objetivo de hacer tomar conciencia a los estudiantes de que es más beneficioso tener un colegio limpio.

“En lugar de resolver este problema con prohibiciones, queremos hacerlo desde el entendimiento, que la gente entienda que cuando a ti te cuesta mantener un lugar limpio, lo cuidas más”, explica Mónica Jaimes, encargada del concepto de este proyecto.

Los miércoles están reservados para interactuar con las personas que viven en el Hogar San Ramón. Los jueves, los personajes de rayas van al hospital La Merced, donde imparten terapias alternativas de respiración y relajación mediante los “doctores del corazón”, y como complemento distribuyen “dosis de amorcicilina”.

Finalmente, los viernes están destinados a la campaña Cebra Por Un Día, a través de la que cualquier ciudadano puede ponerse la piel de este personaje y trabajar unas horas como regulador vial.

Es por esta razón que gente desde los “seis hasta los 100 años” pueden formar parte de esta actividad, que comenzó con la participación de varias personalidades.

La fiesta dentro del asilo de Achumani ha crecido. Casi todos los ancianos ríen con las charlas de Daniela, Wendy, Mónica, Gaby y las otras cebras. Los abuelos tienen mucho por contar, como si en los visitantes vieran a los nietos a quienes pueden relatar las historias de sus vidas.

Uno de ellos es Vicente Gómez, de 82 años, quien abraza a todos con efusividad y con una sonrisa parecida a la de un niño que recibe un regalo de Navidad.

Vestido con un sombrero de paja y un saco azul, que al igual que su dueño muestra que los años no pasan en vano, el abuelito cuenta que siente dolores en la espalda, en el estómago y en la muñeca. “Traémelo Mentisan, me va a sanar”, dice a su nuevo amigo antes de despedirse con un abrazo.

“Me cuentan su vida, nos dicen lo que sufren; otros dicen que se sienten muy abandonados por sus familiares, pero es interesante hablar y sentirte parte de ellos”, cuenta Gaby, quien para hacer de su personaje algo especial ha puesto en una oreja de su piel cebra un moño azul vistoso.

La música va cambiando de ritmo hasta transformarse en una cueca antigua, que es aprovechado por varios ancianos para recordar a través del baile aquellos tiempos en que esa música les movía el alma. “Estamos visitando a los ancianitos porque son parte de nosotros, son parte de la familia.

Venimos a sacarles de la rutina, a alegrarles un poco el día, a darles mucho cariño y mucho amor, porque eso es lo que ellos necesitan”, sostiene Gaby, quien estudia Contabilidad y por las tardes trabaja como cajera en una frial, “así es que no tengo mucho tiempo”, pero es voluntaria porque “lo hacemos con todo el corazón, con todo el amor que podemos ofrecer”.

Con el eslogan “Cero quejas, full acción”, Daniela recuerda que el Club Cebras recibe a voluntarios para cualquiera de las actividades programadas en la semana, “porque como paceños y paceñas no vamos a permitirnos quejarnos, sino que venimos a hacer, porque solo haciendo con las manos y con el corazón se hace ciudadanía y se construye familia”.

La jornada de abrazos, charlas y juegos ha terminado. Es momento del pan de media mañana, así que con paso lento, las personas de la tercera edad van hacia donde se encuentran las hermanas.

“Estoy contentísima con el momento de felicidad que nos dan, porque nos hacen olvidar nuestras penas”. Yola es una de las últimas en salir del salón, porque tal vez trata de mantener la vitalidad que irradian las cebras en este día que no es cualquiera, sino que es uno en el que por unos minutos se siente la piel de cebra.

Con el cuero de 14 años

El 19 de noviembre de 2001, un equipo de 24 jóvenes vestidos con trajes de cebras de dos piezas salió a las calles para informar a la población sobre la implementación del nuevo Plan de Tráfico, Transporte y Vialidad del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.

La idea de introducir este personaje que ya forma parte de la paceñidad fue de Pablo Groux, Yerko Ilich y María Cristina Arias, cuando Juan del Granado era alcalde de La Paz. La imagen de la cebra se construyó alrededor del paso peatonal de cebra.

El personaje debía tener gracia y despertar empatía, debía ser el lado amable de la ciudad. Entre sus características estaba su misión de conquistar el corazón y hablar solo con gestos.

Construido el personaje, sus primeras acciones fueron las de informar sobre los cambios de ruta, respetar los pasos peatonales, los puntos de parada, el semáforo en rojo, y a partir de ello mostrar que tanto peatón como pasajero y chofer debieran ejercer su ciudadanía con respeto y responsabilidad, recuerda una nota de la Alcaldía paceña. Éste fue su primer pilar de trabajo.

El “cambio de piel” de un traje de dos piezas a uno individual y el establecer un horario de trabajo fueron resultado de la planificación en la gestión 2002. La institucionalización de las cebras ocurrió mediante la alianza con la Fundación Arco Iris en 2003.

Así se construía el segundo pilar de soporte: dar apoyo a jóvenes en situación de abandono y dificultades que podrían orillarlos a la marginalidad. Sus cuatro ejes de trabajo han sido la educación vial, lucha contra el ruido y la basura, además de la seguridad ciudadana.

El nacimiento del personaje del burro, el año 2006, hizo que se replanteasen la filosofía de trabajo de las cebras. Ello exigió políticas más sólidas, revisión y capacitación permanentes a los educadores urbanos.

Solo las cebras experimentadas y hábiles podían encarnar al burro, pues su actuación crítica ante los infractores de las normas —sean conductores o peatones— requerían al mismo tiempo decisión y gracia. Hoy los burros ya no existen.

En 2014, las cebras fueron declaradas Patrimonio Inmaterial de la ciudad. Después de 14 años de labor por el bien de la ciudadanía paceña, la experiencia del programa de Educadores Urbanos fue replicada en las ciudades de Tarija, Sucre y El Alto. En su aniversario, el jueves 19, se presentó al Concejo Municipal el anteproyecto de Ley de Educadores Urbanos Cebra, para proteger el espíritu y la filosofía de este programa.

‘Primero confiamos en Dios’

El Hogar San Ramón —que es administrado por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Santa Teresa de Jinot— acoge en la actualidad a 264 personas.

Hugo Arroyo, quien colabora con la administración del asilo de Achumani, cuenta que una de sus preocupaciones es que por las noches suelen dejar a personas de la tercera edad en la puerta de la institución.

“Generalmente recibimos a ancianitos que los vienen a dejar en la puerta en la noche, a la medianoche, 02.00, 03.00. Son ancianitos que no tienen ninguna identificación. Llegan de todas las capas sociales, ricos, pobres o clase media”, lamenta Hugo.

En muchos casos, estos individuos carecen de algún documento, por lo que personeros del hogar inician investigaciones para averiguar los datos del huésped.

De acuerdo con Hugo, la Gobernación de La Paz destina un monto de dinero para la alimentación de los abuelitos, que alcanza a seis bolivianos por persona.

“No hace falta decir qué hacemos con seis bolivianos, porque con seis bolivianos no alcanza para dar de comer a los ancianos, debido a que hay que comprarle la medicina, el pañal, hay que lavarle la ropa, necesitamos muchas cosas para atender a los ancianos”, afirma la hermana Hilda Arteaga, encargada del asilo.

La situación es muy diferente en asilos de otros departamentos, pues los ancianos en Santa Cruz y en Tarija reciben 18 bolivianos, mientras que en Oruro son beneficiados con 23 bolivianos diarios para su alimentación.

Pese a todas estas vicisitudes, la hermana Hilda confía en que la colaboración de la gente y de las instituciones alcanzará para cuidar a los ancianos. “Primero confiamos en Dios, porque él no nos va a hacer faltar”, asegura.




martes, 1 de diciembre de 2015

La vida peligrosa de un peatón en las calles paceñas

Como extranjera y por primera vez en Latinoamérica y, por tanto, también en Bolivia, lo primero que me chocó fue el tráfico.
No es la cantidad de coches y de buses que veo por las calles lo que me sorprende, sino la forma en que circulan y –más que nada– la falta de respeto que se le tiene al peatón.
Yo vengo de Alemania, país conocido por su estructuración y sus mil reglamentaciones. Y es verdad: en Alemania muchas veces todo está tan ordenado y estructurado que las cosas pueden llegar a carecer de vida y de alegría. Todo tiene su disposición y queda poco espacio para la espontaneidad. Sin embargo, en ciertas áreas de la vida cotidiana es necesario que haya orden.
El ámbito más importante que tiene que estar bien reglamentado es el tráfico.
No es por nada que en muchos tramos de las autopistas alemanas no haya límite de velocidad y que, al mismo tiempo, el número de accidentes de tráfico sea de los más bajos de Europa. Es simplemente porque los conductores, en su mayoría, respetan las reglas.
El trato al peatón
La mayor diferencia, a mi parecer, entre el tráfico urbano de Alemania y el de Bolivia es el trato al peatón.
Mientras que en Alemania el peatón es el más importante en todo el tráfico y respetarlo es la máxima cláusula en el Código de la Circulación, en Bolivia es todo lo contrario. Aquí el rey de las calles, por muy estrechas que sean, es el motorizado.
Si un peatón procede a cruzar una calle sin semáforo, ya sea con o sin cruce de cebra, en el momento en que un coche o bus se le acerque, éste por ley no escrita comienza a tocar la bocina para señalar que se encuentra en su perfecto derecho a irrumpir en tu camino. En el más extremo de los casos, incluso puede que acelere el motor para intimidar al peatón y hacer que éste dé un salto de susto y que nunca más vuelva a aventurarse a cruzar una calle cualquiera.
Yo, por idealista, cada vez que un coche me toca la bocina cuando estoy en mi pleno derecho a cruzar, me paro, me pongo a discutir con el conductor y trato de explicarle que las rayas blancas que están pintadas en el suelo simbolizan algo conocido como "cruce de cebra” y que tiene que esperar a que la persona haya cruzado.
En muchos casos, estos coches salen disparados por detrás de mí, mientras estoy cruzando, sin que yo los hubiera podido ver antes de poner el primer pie en la acera. En otros casos estoy poniendo justamente ese primer pie en la acera y salen disparados, de no sé dónde, bloqueándome el paso por completo. Me he encontrado en situaciones tan cercanas a un accidente que de ellas he sacado la conclusión de que si muero en Bolivia será atropellada por un coche. ¡Ojalá no sea así!
Me asombra también la presencia de policías en cruces de calles donde hay semáforos, desde donde indican tanto a los coches cuándo deben parar como a los peatones cuándo deben cruzar. Aún así, la mera presencia de varios guardias que dirigen a coches y peatones exactamente con la misma instrucción del semáforo, me demuestra que su presencia no será en vano y que debe haber una buena razón para que ellos estén justamente ahí, haciendo lo que hacen.
Las Cebras
Me recuerdan a las Cebras que uno se encuentra en algunos puntos estratégicos de la ciudad, sobre todo por el centro, con la pequeña diferencia de que éstas siempre están de buen humor.
Es más, las Cebras siempre me alegran el día en cuanto las veo. Esos jóvenes disfrazados de cebra ayudan a los peatones a cruzar de forma segura, parando a los coches al mismo tiempo, saludan, dan saltos y son alegres.
Las Cebras se han convertido en un elemento crucial del tráfico paceño, pues nos hacen recordar que andar y pasear por la ciudad debería ser algo positivo y alegre y no un paseo en el que uno tenga que temer por su vida y exponerse a insultos de parte de los conductores cada vez que uno quiera cruzar la calle.