lunes, 20 de octubre de 2014

Cholitas forjan su carácter y son preferidas para ordenar el tráfico



Las cholitas de la Guardia Municipal de Transporte (GMT) forjaron su carácter con base en entrenamientos y trabajo en las calles. Ahora son las preferidas para ordenar el tráfico vehicular en la Ceja, pues son aceptadas por choferes, pasajeros y peatones.

Cuando empezaron con este trabajo, ellas tenían temor de enfrentarse a los transeúntes y a los conductores porque su trabajo implicaba dar órdenes y orientar sobre la circulación en calzadas y aceras, y no sabían cómo responder, coincidieron cholitas entrevistadas y el jefe de la GMT, José Luis Vargas.

“Tuvimos que instruirlas respecto a la forma en que deben actuar en determinadas situaciones. Para alcanzar ese objetivo, se hicieron simulacros o ejercicios como si estuvieran en las calles”.

Explicó que para que ellas salgan a las vías públicas tuvieron que entrenarlas físicamente y en conocimientos sobre la Ley Municipal de Transporte y los códigos y normas de tránsito. Lo hicieron los efectivos policiales del Organismo Operativo de Tránsito (OOT) y los técnicos municipales.

Los oficiales de la entidad verde olivo les dieron clases de cómo hacer parar un motorizado, cuándo y cómo usar el silbato, qué tipo de señas deben usar en cruces y semáforos, cómo deben dirigirse a los choferes y peatones, y alzar la voz cuando es necesario. Además, el entrenamiento físico es continuo, dos veces por semana.

De acuerdo con la socióloga Alicia Luizaga, el carácter de las cholitas puede ser sumiso o tímido, lo que generalmente se conoce como “introversión”, no por sus escasos recursos económicos o por ser mujeres, aunque esto sí influye, sino por el contexto social y la región en la que viven.

“En esta región, la occidental de Bolivia, la gente es mucho más introvertida, se suma a ello la cultura machista y las condiciones económicas; es decir la actitud de una persona está determinada por la región en que vive, el frío te obliga a abrigarte, a encerrarte y a ser más reservado”, explicó.

Según Vargas, lo que se percibió con las cholitas es que la mayoría proviene de familias de pocos recursos económicos y ellas o sus familias son, en algunos casos, de provincias de La Paz.

“Es lo que se ha notado, no es una percepción personal, sino lo que se halló en ellas al ser entrevistadas, pero con mucho orgullo puedo decir que pusieron de su parte y superaron mucho su carácter introvertido, logrando que los choferes les hagan caso”, dijo.

Ahora las cholitas muestran una capacidad para enfrentarse al tráfico vehicular, aunque siguen huyendo de cámaras y micrófonos. Mas una vez que están en las calles, superan la timidez y comienzan a dirigir el tránsito.

Entrenamiento. Choferes coincidieron en que las cholitas “se hacen respetar” y que les hacen caso pues ellas solo cumplen con su trabajo. “Hay mucha diferencia.

Los policías son corruptos y solo salen a cumplir sus horas y tratan de pedir dinero. En cambio, estas mujeres no, tratan de hacer su trabajo, se nota que creen en un cambio en la Ceja y lo transmiten cuando le hablan a uno”, indicó el taxista Andrés Caballero.

Con su incorporación al equipo de educación ciudadana, en noviembre del año pasado, la Alcaldía eliminó las cebras y burros, que estaban a cargo de transmitir esos valores. En un inicio, las cholitas fueron destinadas exclusivamente a la promoción de los valores de convivencia urbana.

Ellas fueron capacitadas para orientar la circulación de los peatones en las aceras, el estacionamiento del transporte en las paradas, el uso de las pasarelas y los pasos de cebra. Pero después se hicieron cargo del tráfico vehicular.

Comenzaron a trabajar el 20 de noviembre del año pasado. Eran 20 cholitas, pero ante la buena acogida de la población las autoridades ediles decidieron incrementar su número a 50, cantidad que opera en la actualidad.

Al principio solo se les dotó de chalecos y gorras, y las polleras que llevaban eran de su propiedad, pero ahora la comuna les proporciona silbatos, bastones luminosos para la noche, sombrero negro, polleras naranjas, botas, guantes y blusas plomas y negras.

“No se les ha dado casco porque no se quiere desvirtuar el traje de las cholitas. En un inicio sí lo hicimos pero recibimos críticas de la población”, sostuvo Vargas.

Todos estos accesorios las identifican en la calle y les ayuda a dar más autoridad. Trabajan en tres turnos: de 06.00 a 13.00, de 12.30 a 19.00 y de 16.00 a 22.00.

Están distribuidas en puntos específicos: sobre el puente distribuidor de la Ceja, en la avenida 6 de Marzo, desde la calle 1 hasta la 13, y en el sector del Multifuncional, y jueves y domingos en la entrada a la zona 16 de Julio, porque son los sitios con mayor tráfico vehicular y ellas son las más aptas para ordenar el caos que se presenta, según autoridades ediles.

“Todo el entrenamiento más el material que nos dotaron nos sirve y crea bastante seguridad en nosotras. Es cierto que en un principio una teme porque desconoce, pero una vez que nos instruyeron y luego de salir a las calles, esos temores desaparecen y surge el principio de autoridad que debemos imponer”, señaló la cholita Emma Tinta.

Se prevé incluir a otras 50

Desempeño

El jefe de la Guardia Municipal de Transporte (GMT), José Luis Vargas, dijo que la Alcaldía prevé incluir a otras 50 cholitas hasta fin de año, por el buen desempeño que demostraron.

Aymara

Las cholitas también aprenden a hablar en aymara para que orienten en las calles a las personas que llegan de las provincias.

Piden parkas y ropa abrigada para el frío

Las cholitas de la guardia edil de transporte dicen que sufren por el frío durante las noches

Las cholitas de la Guardia Municipal de Transporte (GMT) de El Alto dicen que les hace falta ropa abrigada para protegerse del frío, que es característico en esta urbe. Aseguran que usan blusas que les protegen del sol, pero precisan vestimenta para las jornadas con lluvia y en la noche. “Las blusas son buenas, prácticas, pero no ayudan cuando se nubla o comienza a llover. Es un problema, requerimos parkas”, dijo Yanet Mayta.

El jefe de la GMT, José Luis Vargas, sostuvo que todos los miembros de la guardia de transporte utilizan ponchos para la lluvia, aunque admitió que “algunos elementos” no les fueron dotados porque desvirtúan la vestimenta de las cholitas. Existen 120 guardias municipales que usan overol y botas, y medio centenar de cholitas con su vestimenta tradicional. En total son 170 efectivos.

En mayo del año pasado, la Alcaldía de El Alto presentó a 150 guardias encargados de controlar que los motorizados no se estacionen en áreas prohibidas y que el transporte público acate las nuevas paradas establecidas. Estaban equipados con uniforme plomo y naranja, botas, chaleco con una inscripción en la espalda (Guardia Municipal de Transporte), un casco de motociclista, un bastón luminoso para las noches, rodilleras y canilleras. Diez de estos vigilantes operan montados en motocicletas.

El salario que perciben los 170 guardias municipales, incluyendo las cholitas, es de Bs 1.900, según la información de Vargas. Algunas no solo se dedican a esta actividad de ordenamiento vehicular, sino que en su tiempo libre cumplen con otros oficios, sobre todo en ramas técnicas como enfermería, secretariado o costurería. Mientras que otras invierten sus momentos libres en estudiar en institutos técnicos y en universidades de El Alto y La Paz.


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