Hace unos días la ciudadanía se percató que las cebras desaparecieron de las calles y avenidas de la ciudad de La Paz, dejando un vacío, cuando cumplían una importante labor en el tema de educación vial.
Las cebras hasta hace unos días aún cumplían su labor de orientación en beneficio de los transeúntes y conductores, con su característica predisposición que inyectaban entusiasmo y ánimo a la ciudadanía.
Sin embargo, en los últimos días se notó la ausencia de estos personajes que por varios años se ganaron la confianza y la preferencia de los habitantes de la urbe paceña. Muchos esperan el retorno de los educadores viales a sus labores cotidianas de ayuda y orientación.
Desde el 2001, jóvenes vestidos con trajes de cebras de dos piezas salieron a las calles para informar a la gente sobre la implementación del nuevo “Plan de Tráfico, Transporte y vialidad” del Gobierno Municipal de La Paz.
A partir de entonces la imagen de la cebra se convirtió en una característica de la ciudad de La Paz. Las cualidades del personaje eran despertar la gracia y empatía, sería el lado amable de la ciudad. Entre sus exigencia, debía conquistar el corazón y hablar solo con gestos. Construido el personaje, sus primeras acciones fueron las de informar sobre los cambios de ruta, respetar los pasos peatonales, los puntos de parada, el semáforo en rojo, y a partir de ello mostrar que tanto peatón como pasajero y chofer, debieran ejercer su ciudadanía con respeto y responsabilidad. Los niños extrañan su ausencia por las enseñanzas y la calidez que dejaban las cebras en sus lugares de trabajo.
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